Violencia sexual en Argentina ¿qué dicen los datos?
La violencia sexual es uno de los delitos con menor tasa de denuncia en el mundo. Por diversos motivos -el miedo a no ser creído, la vergüenza de exteriorizar un evento de este tipo y el estigma social que genera, la falta de confianza en las autoridades, entre otros- las víctimas deciden no denunciar estos delitos. En este apartado, analizaremos la serie histórica de denuncias registradas por delitos referidos a violencia sexual en Argentina durante el periodo 2000-2023. Para ello utilizaremos los datos que provee el Ministerio de Seguridad, a partir del Sistema Nacional de Información Criminal (SNIC). Finalmente, incluiremos información de la encuesta de victimización (ENV) publicada por el INDEC en 2017 para echar luz sobre la prevalencia y los números de cifra negra de este delito.
Respecto a la violencia sexual, las dos tipologías penales que registra el SNIC desde el año 2000 en adelante son “Abusos sexuales con acceso carnal (violaciones)” y “Otros delitos contra la integridad sexual”. En el gráfico 1 se observa la serie histórica de tasa de víctimas de ambas variables para el periodo 2000-2023, que refleja un sostenido aumento de víctimas a partir del año 2017. Para ilustrar ello, entre 2000 y 2016 hubo un promedio de 3744 víctimas anuales de abuso sexual con acceso carnal, mientras que entre 2018 y 2023 este promedio ascendió a 5759 víctimas. El aumento en las denuncias por “otros delitos contra la integridad sexual”, es considerablemente superior: si el promedio era 5697 víctimas entre 2000 y 2016, entre 2017 y 2023 fueron 22745, con una tasa cercana a 80 personas por cada 100.000 habitantes en 2023.
Como ocurre con toda estadística delictiva basada en registros y denuncias policiales, cuando se observan cambios en las tendencias de los datos, resulta difícil determinar si estos se deben a un aumento real en la cantidad de hechos delictivos o a un incremento en las denuncias. En este caso particular, considerando que —a partir de la lucha de los movimientos feministas— se logró instalar la violencia de género como un problema público, generando importantes cambios culturales e institucionales y contribuyendo a que más mujeres se sientan respaldadas para denunciar casos de violencia sexual, es muy probable que el aumento observado responda, en gran medida, a una mayor disposición a realizar denuncias penales por parte de las víctimas.
Gráfico 1. Abuso sexual con acceso carnal (violaciones) y Otros delitos contra la integridad sexual. Tasa cada 100.000 habitantes.
Fuente: elaboración propia en base a SNIC
Extendiendo el análisis a nivel provincial se observa una gran heterogeneidad en la cantidad de denuncias. Al analizar los últimos datos publicados (2023), las provincias de Mendoza, Tierra del Fuego y Entre Ríos tienen las tasas de víctimas más elevadas en términos de “otros delitos contra la integridad sexual” mientras que Misiones, Chubut y Tierra del Fuego son quienes tienen tasas más elevadas de víctimas de violaciones.
Gráfico 2. “Abuso sexual con acceso carnal (violaciones)” y “Otros delitos contra la integridad sexual” según provincia. Tasa cada 100.000 habitantes (2023)
Fuente: elaboración propia en base a SNIC
Finalmente, complementamos esta información con datos de la Encuesta Nacional de Victimización publicada por INDEC en 2017. De acuerdo a este extenso relevamiento que brinda información transversal sobre el año 2016, el 1,7% de la población mayor de 18 años manifestó haber sido víctima de “ofensas sexuales”. Sin embargo, casi 9 de cada 10 víctimas no denunciaron este delito a las autoridades (tabla 1). De acuerdo a las proyecciones poblacionales del INDEC, esto implica que cerca de 500.000 personas declararon haber sido víctima de ofensas sexuales, de las cuales solo 63 mil denunciaron el delito a las autoridades. El informe publicado por el organismo indica que el principal motivo por el cual las víctimas no realizan la denuncia de los delitos es por desconfianza en las autoridades.
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Tabla 1. Encuesta Nacional de Victimización (2017)
En conclusión, si bien persiste una alta incidencia de delitos sexuales, también se destaca un aumento significativo en la tasa de denuncias, posiblemente a causa de una mayor concientización y empoderamiento de las víctimas. Resulta fundamental profundizar en este fenómeno mediante estudios y encuestas actualizadas, que permitan determinar si efectivamente las víctimas están denunciando más que en el pasado, así como analizar los resultados y efectos de estas denuncias.